Shaun Tan. Cuentos de la periferia
La noche del rescate de las tortugas
La noche del rescate de las tortugas pensé que íbamos a morir. Me tiraba de los pelos mientras repetía las mismas preguntas una y otra vez: ¿por qué siempre hago caso de tus planes absurdos? ¿Por qué no estamos en casa viendo la tele como todo el mundo? ¿De qué servirá todo esto? Miré hacia atrás y vi que los que nos perseguían se acercaban sin darnos tregua, más grandes y poderosos que nosotros, tan jóvenes y cargados de patéticos ideales. ¡Se acabó! Grité con todas mis fuerzas.
¡Rindámonos antes de que sea demasiado tarde! Entonces, iluminadas por los feroces faros que peinaban la arena, vi nuestro cargamento por primera vez: las patitas que luchaban por mantenerse en pie, pequeños rostros impenetrables que miraban en todas direcciones, bocas sin voz que se abrían y se cerraban. Nueve tortuguitas (todas las que pudimos salvar), solo esas nueve. Volvieron sus cabecitas, me miraron con sus ojos negros como botones negros, como puntos y aparte, parpadeando. Solo pude pensar en una cosa, algo que surgió de mis pulmones como una bola de fuego en erupción mientras nos sumergíamos en la oscuridad: ¡No te pares! ¡No te pares! ¡No te pares!
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