Rasgos de Areúsa
Mi trabajo está basado en el personaje de Areúsa que aparece en La Celestina. He decido hacerlo sobre ésta por su evolución durante la obra y para ello he seleccionado algunas de sus intervenciones.
• Areúsa ESQUIVA cuando Celestina se presenta en su casa sin avisarle.
AREÚSA. ¿Quién anda aý? ¿Quién sube a tal hora en mi cámara? (Pág. 201)
AREÚSA. (¡Válala el diablo a esta vieja, con qué viene como huestantigua a tal hora!)Tía señora, ¿qué buena venida es ésta tan tarde? Ya me desnudava para acostar. (Pag. 201)
• En esta parte nos quiere mostrar su amor por el hombre que a partido, así que podemos considerarla como ENAMORADA.
AREÚSA. ¡Ya, ya, mala landre me mate, si te entendía! Pero ¿qué quieres que haga? Sabes que se partió ayer aquel mi amigo con su capitán a la guerra; ¡avía de hazerteruyndad? (Pág. 203)
• CAUTELOSA O PRECAVIDA ante la propuesta de Celestina y lo que pensarán de ella sus conocidos.
ARÚSA. Bien tengo, señora, conoscimiento cómo todas tus razones, éstas y las pasadas, se endereçan en mi provecho, pero ¿cómo quieres que haga tal cosa? Que tengo a quien dar cuenta, como has oýdo, y si soy sentida, matarme ha. Tengo vezinasembidiosas; luego DIRÁN. Assí que, aunque no aya más mal de perderle, será más que ganaré en agradar al que me mandas.(Pág. 215)
AREÚSA. No lo digo por esta noche, sino por muchas otras. (Pág. 205)
• Se deja engatusar por Celestina, así que la he considerado RENDIDA Y SUMISA.
AREÚSA. Madre, si erré, aya perdón, y llégate más acá, y él haga lo que quisiere, que más quiero tener a ti contenta que no a mí; antes me quebraré un ojo que enojarte. (Pág. 208
• Se muestra SOBERBIA y ORGULLOSA de hacer lo que hace al plantear su discurso contra las señoras y sus criadas.
AREÚSA. Assígoçe de mí, que es verdad, que éstas que sirven a señoras no gozan deleyte ni conocen los dulces premios de amor. Nunca tratan con parientas, con yguales a quien pueden hablar tú por tú, con quien digan: “¿qué cenaste?; ¿estás preñada?; ¿quántas gallinas crías?; llévame a merendar a tu casa; muéstrame tu enamorado; ¿quánto ha que no te vido?; ¿cómo te va con él?; ¿quién son tus vezinas?” y otras cosas de igualdad semejantes. ¡O tía, y qué duro nombre y qué grave y sobervio es “señora” contino en la boca. Por esto me bivo sobre mí, desde que me sé conocer, que jamás me precié de llamar de otrie sino mía. Mayormente destas señoras que agora se usan. Gástate con ellas lo mejor del tiempo, y con una saya rota de las que ellas desechan, pagan servicio de diez años. Denostadas, maltratadas las traen, contino sojuzgadas, que hablar delante [de] ellas no osan, y quando ven cerca el tiempo de la obligación de casañas, levántales un caramillo que se echan con el moço, o con el hijo, o pídenlesçelos del amrido, o que meten hombres en casa, o que hurtó la taça, o perdió el anillo; danles un ciento de açotes y échanlas a puerta fuera, las haldas en la cabeça, diciendo: “Allá yrás, ladrona, puta, no destruirás mi casa y honrra.” Assí que esperan galardón, sacan baldón, joyas de boda, salen desnudas y denostadas. Éstos son sus premios, éstos sus beneficios y pagos. Oblíganse a darles marido, quítanles el vestido; la mejor honrra que en sus casas tienen es andas hechas callejeras, de dueña en dueña, con sus mensajes acuestas. Nunca oyen su nombre propio de la boca dellas, sino puta acá, puta acullá. “¿A dó vas, tiñosa?”¿Qué heziste, vellaca? […]
[…] Y tras esto mil chapinazos y pellizcos, palos y açotes. No ay quien las sepa contentar; no quien puede sufrirlas. Su placer es dar bozes, su gloria es reñir; de lo mejor hecho, menos contetamiento muestran. Por esto, madre, he querido más vivir en mi pequeña casa esenta y señora, que no en sus ricos palicios sojuzgada y cativa. (Pág. 232-233)
• Al enterarse de la muerte de Pármeno notamos su RESENTIMIENTO y su AMOR hacia él.
AREÚSA. ¡O mi Pármeno y mi amor, y quánto dolor pone su muerte! Pésame del grande amor queocn él tan poco tiempo avía puesto, pues no me abía más durar. Pero pues ya este mal recabdo es hecho, pues ya esta desdicha es acaescida, pues ya no se pueden por lágrimas comprar ni restaurar sus vidas; no te fatigures tú tanto, que cegarás llorando, que creo que poca ventaja me llevas en sentimiento y verás con quánta paciencia lo çufro y passo. (Pág. 297)
• VENGATIVA contra Calisto y Melibea, causantes según ella de la muerte de Pármeno.
AREÚSA. Si esso es verdad ¿de quién mejor se puede tomar vengança? De manera
que quien lo comió, aquel lo escote. Déxame tú, que si yo les caygo en el rastro,
quándo se veen e cómo, por dónde e a qué hora, no me ayas tú por hija de la pastellera
vieja, que bien conosciste, si no hago que les amarguen los amores. E si pongo en ello a
aquel con quien me viste que reñía quandoentrauas, si no sea él peor verdugo para
Calisto, que Sempronio de Celestina. Pues, ¡qué gozo auríaagora él en que le pusiesse
yo en algo por mi seruicio, que se fue muy triste de verme que le traté mal! E vería él
los cielos abiertos en tornalle yo a hablar e mandar. Por ende, hermana, dime tú de
quien pueda yo saber el negocio cómo passa, que yo le haré armar un lazo con que
Melibea llore quantoagora goza.(Pág. 299)
• MALICIOSA e INSENSIBLE al ordenar la muerte de Calisto.
AREÚSA. Hermana, no seamos nosotras lastimeras. Haga lo que quisiere; mátele como se le antojare. Llore Melibea como tú has hecho; dexémosle. Centurio, da buena cuenta de lo encomendado; de qualquier muerte holgaremos. Mira que no se escape sin alguna paga de su yerro. (Pág. 317)
• CAMELADORA cuando sonsaca información a Sosia.
AREÚSA. […]¿Es mi Sosia, mi secreto amigo, el que yo me quiero bien sin que él lo sepa, el que desseo conocer por su buena fama; el fiel a su amo, el buen amigo de sus compañeros? Abraçarte quiero, amor, que agora que te veo, creo que ay más virtudes en ti que todos me dezían; andacá, entremos a asentarnos, que me gozo en mírate, que me representas la figura del desdichado de Pármeno. Con esto haze hoy tan claro día que avías tú de venir a verme. Dime, señor, ¿conoscíasme antes de agora? (Pág. 309)
• VANIDOSA y JACTANCIOSA cuando lo camela y obtiene la información que quería.
AREÚSA. […]Assí sé yo tratar los tales, así salen de mis manos los asnos apaleados como éste y los locos corridos y los discretos spantados y los devotos alterados y los castos encendidos. Pues prima, aprende, que otra arte es ésta que la de Celestina, aunque ella me tenía por bova porque me quería yo serlo. […] (Pág.312-313)
CARTA AL LECTOR
Estimado lector:
Soy Areúsa García y hoy quiero contar una etapa de mi vida que pocos conocen. Me crié en San Martín un pequeño pueblo pesquero del norte de España. Mi padre era pescador y mi madre al igual que yo ejercía la prostitución. Siempre estaba trayendo hombres a casa y yo sembré desconfianza de todo aquel que llamaba a partir de la madrugada. Al contrario que mi madre, yo intentaba pasar desapercibida para evitar las habladurías de los vecinos y no ensuciar mi honra.
Con catorce años me enamoré de uno de los compañeros de faena de mi padre. Se llamaba Samuel. Era fortachón, humilde y muy atractivo.
Una mañana cuando mi padre y los muchachos habían salido al mar se preparó una gran tormenta y mi padre murió. Samuel vino a darnos la noticia. Apenado contó que Julián (otros de los compañeros de papá) puedo haberlo salvado cuando cayó al mar.
Al enterarme planeé mi venganza con la ayuda de Samuel. Enamoré al viejo Julián y una noche cuando dormía lo degollé. No sentí ninguna pena por él, es más lo volvería a hacer mil veces.
Cuando se lo conté a mi madre me echó de casa para evitar que la culparan. Acabé en el pueblo de mi prima Elicia y dos meses después me enteré de que arrestaron y condenaron a Samuel. Nunca había sentido un vacío así.
Hoy vivo con Elicia y Celestina; poco a poco comienzo a ser feliz.
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