Raúl Vacas. Niños raros
Romance Niña de espuma
Escuchen bien los infantes
de aqueste noble lugar
la historia que aquí les traigo
de la niña Mari Mar.
Era la niña de espuma
desde su llanto inicial
limpia como el agua clara,
jamás hubiera otra igual.
Sus ojos eran burbujas
de suavizante mirar,
su cabello un espumaje
de algas y de coral.
De espumillón era el talle,
de gomaespuma su andar,
de jabón eran sus besos,
de pompas el suspirar.
Gustábale, en el verano,
pasear junto a la mar,
caminar sobre las olas
y dejarse salpicar.
A una fiesta de la espuma
con un mozo fue a bailar
y entre pitos y entre flautas
se enamoró Mari Mar.
Y aquel mozo, que era limpio,
y le gustaba fregar
con mucha pompa y boato
prometiola desposar.
Con un gran velo de espuma
que ella mandara bordar,
el padrino, de su brazo,
condújola hasta el altar.
Fueron días de perdices
y sueños por conquistar,
hasta que el mal una noche
quiso a su puerta llamar.
Cuando la niña en la ducha
se acabó de enjabonar,
el tapón de la bañera
solo se fue a destapar.
La niña por los desagües
que van a dar a la mar
se perdió sin que el marido
pudiérala rescatar.
Cuánto lloró aquel buen mozo,
cuán hondo fue su pesar,
aquel extraño suceso
nunca se llegó a aclarar.
Desde ese día el esposo
de la santa Mari Mar
trabaja en las pompas fúnebres,
pues no la puede olvidar.
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