Jugar con fuego
Las primeras chispas del conocimiento humano de sí mismo, coincidieron con el hecho de hacer fuego y cuidar de él.
Por todas partes, el fuego era imaginado como una divinidad, medio animal, medio espíritu, que vivía, respiraba, comía y se multiplicaba; un estafador de forma cambiante a quien atraemos y propiciamos.
Tanto en los mitos como en la realidad, el fuego a veces solo destruye, pero, a menudo, del residuo purificado nace un nuevo mundo.
(El libro de los símbolos, editorial Taschen, versión)
Nuestra actividad de escritura creativa pautada ha generado, en esta ocasión, hogueras con las que hemos salido renovados del trimestre que acababa.
Cada uno tuvo que elegir una palabra en torno a un diccionario del fuego improvisado. Rescoldo, chispa, cauterizar, inflamable, ascua y un sinfín de posibilidades con las que atizar un simulacro de incendio en una secuencia de 35-40 palabras, distribuidas en dos partes claramente diferenciadas y a partir de un texto modelo con la siguiente estructura:
- Definición de contenido simbólico, metafórico
- Explicación mediante la inclusión de fórmulas exhorativas, condicionales y/o segunda persona del singular/plural.
Texto modelo (Álbum ilustrado Fuego)
Arder: (1) lo que todo el mundo quiere… aunque le dé miedo.
(2) Si quieres dejar tu huella en alguien, ¡arde! porque significará que importas; ningún cobarde arde, como tampoco los que pasan por la vida de puntillas.
Una vez dispuesto el material ardiente, tocaba imaginar su proyección en un cartel con una consigna clara: ¡Más es más!
Ave Fénix |
Fuego científico |
Hoguera nocturna |
Una última cosa. Para terminar la actividad es imprescindible que publiquéis vuestras definiciones a modo de comentarios.
¡Nos leemos!
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