Ana María Shua. La sueñera
Fragmento
Quebrado su frágil sueño, se levanta. De un extremo a otro recorre la habitación, desesperado. Una y otra vez ataca la fuente del ruido, tratando de eliminarla o alejarla. Ojeroso, vencido, cae por fin y se duerme, acunado por su propio agotamiento. Qué poco dura tu frágil sueño, mi pobre mosquito. Qué pronto lo quiebran de nuevo mis pasos insomnes.
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