El Huffington Post. Ostrich Pillow
OstrichPillow: el gadget español para reinventar la siesta triunfa en Kickstarter.
En la calle Plátano del barrio madrileño de Tetuán, un día del año pasado a la hora de la siesta, los ocupantes del modernísimo espacio Studio Banana se preguntaban cómo podrían descansar un rato en la oficina. Cogieron un jersey de cuello alto, le dieron la vuelta y metieron la cabeza por el cuello y los brazos por las mangas, imitando lo que ocurre cuando te quitas un suéter, se queda enganchado y te deja a oscuras. Ese fue el primer prototipo de la OstrichPillow (“Almohada avestruz”), un invento para unos absurdo y para otros genial que promete ayudar a recargar en viajes, en bibliotecas, en el trabajo o donde sea que haga falta tomarse un respiro de unos minutos.
Ese primer prototipo de edredón-saco de dormir-almohada-antifaz para cabezas fue un éxito viral en la primavera de 2011 entre las webs ávidas de nuevos y exóticos gadgets y diseños. Pronto empezaron a llegar las peticiones de los que, de verdad y más allá de la bonito fotografía, querían comprar una OstrichPillow. “No sabíamos qué hacer; cada vez nos escribía más gente. Y nos lo tomamos en serio”, cuenta Maki Portilla-Kawamura, miembro del estudio de arquitectura que ha ideado la OstrichPillow, y que ayer consiguió la financiación suficiente en la plataforma de crowdsurcingKickstarter para ser fabricada: 89.000 dólares en 9 días (y subiendo). Así, se une al selecto club de proyectos que han visto la luz desde estas plataformas donde es el público quien financia lo que le interesa.
En la calle Plátano del barrio madrileño de Tetuán, un día del año pasado a la hora de la siesta, los ocupantes del modernísimo espacio Studio Banana se preguntaban cómo podrían descansar un rato en la oficina. Cogieron un jersey de cuello alto, le dieron la vuelta y metieron la cabeza por el cuello y los brazos por las mangas, imitando lo que ocurre cuando te quitas un suéter, se queda enganchado y te deja a oscuras. Ese fue el primer prototipo de la OstrichPillow (“Almohada avestruz”), un invento para unos absurdo y para otros genial que promete ayudar a recargar en viajes, en bibliotecas, en el trabajo o donde sea que haga falta tomarse un respiro de unos minutos.
Ese primer prototipo de edredón-saco de dormir-almohada-antifaz para cabezas fue un éxito viral en la primavera de 2011 entre las webs ávidas de nuevos y exóticos gadgets y diseños. Pronto empezaron a llegar las peticiones de los que, de verdad y más allá de la bonito fotografía, querían comprar una OstrichPillow. “No sabíamos qué hacer; cada vez nos escribía más gente. Y nos lo tomamos en serio”, cuenta Maki Portilla-Kawamura, miembro del estudio de arquitectura que ha ideado la OstrichPillow, y que ayer consiguió la financiación suficiente en la plataforma de crowdsurcingKickstarter para ser fabricada: 89.000 dólares en 9 días (y subiendo). Así, se une al selecto club de proyectos que han visto la luz desde estas plataformas donde es el público quien financia lo que le interesa.
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